Presentó José Antonio Camacho una ponencia titulada "Biblioteca Escolar: centro de documentación y recursos para ..." en la que partiendo de tres preguntas básicas (principios que deben orientar la educación, su validez en función del lugar y para qué formamos a niños y jóvenes), desarrolló una serie de principios de innegable pertinencia: la educación empieza cuando nacemos (o antes) y dura toda la vida, el verdadero aprendizaje se fragua en la experiencia de la vida, cada individuo es único y su aprendizaje también lo es, necesitamos aprender unos de otros... y de ellos emana la necesidad ineludible de la biblioteca escolar como recurso educativo para la enseñanza y el aprendizaje. Señaló J.A. Camacho algunos peligros que nos acechan a la vuelta de la esquina, entre los que destaco el confiarlo todo a las tecnologías de la información y la comunicación: las TICS no dan respuesta al proceso de enseñanza-aprendizaje y a la adquisición de conocimiento, sólo proporcionan la información. Una idea más del ponente que destaco (y comparto): "la biblioteca escolar da soporte, apoyo y cobertura, la responsabilidad corresponde al tutor".
Elsa María Conde, del Gabinete de Redes de Bibliotecas Escolares (Portugal) habló largo y extenso de las redes de apoyo a las bibliotecas de su pais. Me quedo con dos ideas que anoté en mi libreta, primera que "el desarrollo de la BE constituye un proceso endógeno y una innovación educativa capaz de introducir cambios en la propia escuela", segunda, que además del personal de apoyo liberado para trabajar en las redes, los centros disponen de créditos horarios en función del número de alumnos para los responables de las bibliotecas. Y hay escuelas que agrupan esos créditos compartiendo un mismo responsable. Idea interesante a la que me permito añadir la siguente: además de los créditos horarios que pueda asignar la consejería, también la escuela, haciendo uso de su autonomía en el desarrollo de su proyecto pedagógico, puede (o debería tener la capacidad de) asignar una parte más de horario del responable en función de sus necesidades y del tamaño del centro.
Pero el auténtico broche de las jornadas lo puso José García Guerrero. Fue una auténtica pena que interviniera al final y con tan escaso tiempo. Nos dio una lección magistral (si es que ello es posible desde una pedagogía activa) sobre lo que debe ser una biblioteca en un centro educativo. He de confesar que, aunque ya le conocía de "oídas y leídas" ha sido una auténtica revelación para todos. Me gustó su estilo de ideas sencillas y directas, fruto de la experiencia de quien ha sido docente y director antes que fraile:
1. La biblioteca escolar es primero escolar y después biblioteca (ojo con la trasposición del modelo de la BP a la BE).
2. la BE no es una institución, no es el núcleo de la escuela, es un recurso educativo.
3. Los objetivos de la BE son los objetivos de la escuela. La BE ayuda a la consecución de dichos objetivos.
4. La BE debe ser un centro de recursos para desarrollar el currículo y el proyecto educativo del centro en tiempo lectivo ofreciendo servicios y programas.
5. La biblioteca escolar es subdiaria del centro, articula programas (que desarrolla el centro, no la biblioteca) apoya a las aulas y al proyecto lector del centro (añado yo aquí que la elaboración de dicho proyecto lector debe ser responsabilidad de la comisión de coordinación pedagógica, no del equipo de biblioteca cuya misión sería apoyarlo).
6. La BE concecta los distitnos elementos del proyecto educativo y con ello, provoca requerimientos.
7. Los fondos pueden estar en todos los lugares del centro donde puedan ser usados.
8. La verdadera biblioteca escolar son los profesores y el gran reto es el uso de la BE (añado yo aquí que no debemos traspasar a la biblioteca escolar aquello que es responsabilidad de los docentes: selección y uso de los materiales y fuentes de información adecuados, así como formar lectores siempre y en todo lugar) por lo que son esenciales los estilos docentes.
9. Para desarrollar las BE, parte de la solución a los problemas está en el propio centro (el proceso endógeno, que decían los portugueses o la corresponsabilidad del centro y del profesorado que digo yo), la otra está en las administraciones.
10. Las últimas cuestiones claves: formación para todos (bibliotecarios y profesorado) y sostenibilidad de las acciones (las bibliotecas no deben apoyarse sólo en una persona que cuando abandona el centro se viene abajo el proyecto).
Finalmente, una frase que anoté en letras de oro: "No cambia la escuela los planes, sino el deseo de los que allí trabajan".
Elsa María Conde, del Gabinete de Redes de Bibliotecas Escolares (Portugal) habló largo y extenso de las redes de apoyo a las bibliotecas de su pais. Me quedo con dos ideas que anoté en mi libreta, primera que "el desarrollo de la BE constituye un proceso endógeno y una innovación educativa capaz de introducir cambios en la propia escuela", segunda, que además del personal de apoyo liberado para trabajar en las redes, los centros disponen de créditos horarios en función del número de alumnos para los responables de las bibliotecas. Y hay escuelas que agrupan esos créditos compartiendo un mismo responsable. Idea interesante a la que me permito añadir la siguente: además de los créditos horarios que pueda asignar la consejería, también la escuela, haciendo uso de su autonomía en el desarrollo de su proyecto pedagógico, puede (o debería tener la capacidad de) asignar una parte más de horario del responable en función de sus necesidades y del tamaño del centro.
Pero el auténtico broche de las jornadas lo puso José García Guerrero. Fue una auténtica pena que interviniera al final y con tan escaso tiempo. Nos dio una lección magistral (si es que ello es posible desde una pedagogía activa) sobre lo que debe ser una biblioteca en un centro educativo. He de confesar que, aunque ya le conocía de "oídas y leídas" ha sido una auténtica revelación para todos. Me gustó su estilo de ideas sencillas y directas, fruto de la experiencia de quien ha sido docente y director antes que fraile:
1. La biblioteca escolar es primero escolar y después biblioteca (ojo con la trasposición del modelo de la BP a la BE).
2. la BE no es una institución, no es el núcleo de la escuela, es un recurso educativo.
3. Los objetivos de la BE son los objetivos de la escuela. La BE ayuda a la consecución de dichos objetivos.
4. La BE debe ser un centro de recursos para desarrollar el currículo y el proyecto educativo del centro en tiempo lectivo ofreciendo servicios y programas.
5. La biblioteca escolar es subdiaria del centro, articula programas (que desarrolla el centro, no la biblioteca) apoya a las aulas y al proyecto lector del centro (añado yo aquí que la elaboración de dicho proyecto lector debe ser responsabilidad de la comisión de coordinación pedagógica, no del equipo de biblioteca cuya misión sería apoyarlo).
6. La BE concecta los distitnos elementos del proyecto educativo y con ello, provoca requerimientos.
7. Los fondos pueden estar en todos los lugares del centro donde puedan ser usados.
8. La verdadera biblioteca escolar son los profesores y el gran reto es el uso de la BE (añado yo aquí que no debemos traspasar a la biblioteca escolar aquello que es responsabilidad de los docentes: selección y uso de los materiales y fuentes de información adecuados, así como formar lectores siempre y en todo lugar) por lo que son esenciales los estilos docentes.
9. Para desarrollar las BE, parte de la solución a los problemas está en el propio centro (el proceso endógeno, que decían los portugueses o la corresponsabilidad del centro y del profesorado que digo yo), la otra está en las administraciones.
10. Las últimas cuestiones claves: formación para todos (bibliotecarios y profesorado) y sostenibilidad de las acciones (las bibliotecas no deben apoyarse sólo en una persona que cuando abandona el centro se viene abajo el proyecto).
Finalmente, una frase que anoté en letras de oro: "No cambia la escuela los planes, sino el deseo de los que allí trabajan".