jueves, junio 30, 2005

Familias Lectoras

El pasado 23 de junio, justo al finalizar el curso escolar, hemos entregado los diplomas de familias lectoras a 375 niños y niñas de nuestro centro (Colegio Público "Miralvalle").
Es un sencillo reconocimiento escrito a las 375 familias que pacientemente, día a día, de octubre a mayo, han cumplido el compromiso de leer con sus hijos por lo menos 20 días al mes.
Dedicar un poco de nuestro tiempo a los hijos compartiendo con ellos lecturas, impresiones, comentarios, imágenes o textos que transmiten sentimientos, emociones, un punto de vista alternativo a un problema cotidiano... es disponer de la posibilidad de poner en común actitudes, valores y criterios; o simplemente de la oportunidad de hablar con ellos sobre situaciones que no siempre se ofrecen en el contexto adecuado, o no siempre surgen en la vida cotidiana.
En este sentido, los libros y la lectura ofrecen un vasto territorio para compartir entre padres e hijos, un largo y sinuoso camino para recorrer juntos.
Mediante esta iniciativa de la Biblioteca Escolar Miralvalle, las madres y los padres - además de ser más y mejores padres - contribuyen a extender el hábito lector. Los niños aprender a leer en la escuela, pero la afición les tiene que venir también de casa.
Estoy orgulloso de las maestras y maestros de mi colegio que cada fin de mes han ido recolectando los "cupones del compromiso lector", animando a los que se rezagaban y pegándolos en la ficha de cada alumno. Y de las madres y padres que han compartido lecturas y al final del mes firmaban su compromiso en esos cupones.
El próximo curso vamos a mejorar y corregir algunos aspectos de este proyecto, pero el balance no puede ser más positivo y esperanzador.
En octubre iniciamos una nueva fase del proyecto "Leer en casa". Hoy rindo homenaje a las "Familias Lectoras".

martes, junio 14, 2005

El archivo de Salamanca: buena y mala memoria

"Era la biblioteca de mi padre, los libros de historia y literatura con los que yo había crecido, revistas de mis abuelos con imágenes que recordaré siempre y cartas de políticos que escribían a mi padre. No eran libros de la guerra, eran libros y documentos de mi padre. Yo también había trabajado en esos libros, ya que como había estudiado en la Escuela de Bibliotecarias, en 1938 los estaba ordenando de acuerdo a la CDU (Clasificación Decimal Universal) y los números de la CDU figuran escritos de mi puño y letra. Por eso quiero recuperar la biblioteca de mi padre Antonio Rovira i Virgili, presidente que fue del Parlament de Catalunya".
Así se expresaba esta tarde, y cito de memoria, Teresa Rovira, de 86 años, en el programa "La Ventana" de la Cadena Ser, argumentando sus razones para reclamar la devolución de todo lo que le fue incautado por las tropas franquistas cuando entraron en su casa y requisaron cuanto había en la biblioteca familiar.
Igual se podría decir de los papeles de Sociedad Obrera "Los Mártires" de Berzocana, mi pueblo, que podrían mostrar, es un suponer, el reparto de actores de una obra de Lope o de Jacinto Benavente , los esfuerzos pedagógicos por alfabetizar a los que no sabían leer o las letras de las "estudiantinas" que se cantaban por carnavales.
Historias sencillas como la que hoy nos contaba Teresa Rovira pueden ayudarnos a entender por qué hay cosas que devolver del expolio franquista. Algunas a particulares otras a instituciones. Bueno es que permanezcan los documentos que archivan la memoria de lo que pasó, para saberlo, para recordarlo y para no repetirlo. Pero también el derecho y la razón histórica de casos documentados han de prevalecer, restituyendo cuanto de rapiña se hizo en los bienes culturales de los derrotados. Esta restitutución es el mejor desagravio frente a la barbarie de los vencedores de la guerra incivil. La devolución representa la recuperación de la buena memoria. Esa manifestación en las calles de Salamanca, global y sin matices, consecuencia de la excitación cerril de quienes quisieran guardar bajo siete llaves el pasado, es el producto agnósico de la mala memoria, es tanto como decir de la mala conciencia (con todo el respeto para quienes, sin ella, han acudido a la misma sintiéndose víctimas de un robo, por cierto de lo que antes fue robado).
Volviendo a mi pueblo, uno entiende que no nos devuelvan las actas de la muerte de Chapinal, dejado muerto en una cuneta tras descerrajarle dos tiros en la nuca. Si es que alguna vez hubiera habido constancia escrita de tal suceso y si a lo de Chapinal se le pudiese calificar como muerte. Pero claro, a los de Berzocana nunca les restituirán su archivo cultural, ni nadie reclamará esos papeles, por otra parte ignorados y nunca tenidos en cuenta. Es más hasta es probable que nunca hayan existido. Vamos, que no hay memoria de la palabra escrita, ni buena, ni mala. Esa es la diferencia entre una cultura viva y la amnesia secuestrada de nuestra cultura popular de preguerra, entre una nacionalidad y una región. Entre Cataluña y Extremadura.

lunes, junio 06, 2005

No hay dinero para las Bibliotecas Escolares

La Ministra de educación Mª Jesús San Segundo acaba de hacer pública la Memoria Económica de la Ley de Orgánica de Educación (Borrador de Estmaciones de Coste Adicional 2006-2010). El MEC asumiría el 60% del coste de implantación de la ley, mientras que las comunidades autónomas completarían el 40 % restante.
Hasta aquí todo más o menos claro, ya que, como siempre, habrá quienes estimen que la alícuota parte del MEC debiera ser de tal o cual porcentaje. Lo que llama la atención, pero que mucho, es el hecho de que en dicha memoria no figura ni un euro para las Bibliotecas Escolares. (si alguien la quiere consultar se la puede bajar AQUÍ). Entonces ¿qué sentido tiene el artículo 108 de la LOE que garantiza la existencia de las biliotecas escolares en los centros? ¿sin dotación presupuestaria? ¿postergada sine die ?¿quedará dicha financiación a cargo de las Comunidades Autónomas?.
Ojo, que si queda así, las CC.AA no pueden alegar ignorancia o quejarse de que les han metido un gol en Madrid. Ahora estamos a tiempo. Y es una cuestión de voces, que no de ecos. y digo voces, de hablar, de proponer, no de gritar.
Bueno sería que las comunidades comunidades aclaren la cuestión de los dineros. Ya que sin dotación presupuestaria sí que estaríamos hablando de literatura de ficción y no de realidades.
¿Qué opina nuestra Consejería al respecto?