El viernes 12 de diciembre estuve en Badajoz para ofrecer una ponencia sobre "Organización y dinamización de la biblioteca escolar" a 30 maestras y maestros ( ellas eran clara mayoría) de los colegios públicos "Juan Vázquez", "Guadiana" y "Luis de Morales".
Me sorprendió gratamente que tantas profesoras de tres centros en una gran ciudad hubieran unido sus esfuerzos en un proyecto de formación en torno a la biblioteca escolar. La coordinadora es Mª Victoria Muñoz. Ella y Marisol, directora del CP Guadiana, habían asistido en abril a las I Jornadas de Bibliotecas Escolares de Extremadura... y se entusiasmaron con las experiencias que allí se presentaron. Contagiaron al resto de sus compañeras.
Estuve tres horas exponiéndo experiencias en mi colegio, analizando dudas, escuchando vacilaciones, animando inquietudes. Pero, más allá de asuntos de organización, catalogación y automatización, les hablé de libros. Había llevado una selección de los que hacen lectores. Libros que apasionan y fidelizan a cualquier lector que abra sus páginas: "La escoba de la viuda", "Los misterios del señor Burdick", "El mejor secreto del abuelo", "El Árbol de la vida", "Uno y siete", "Mamá puso un huevo", "Rosa Blanca", "Frederick". Y hablamos de Chris Van Allburg, de Gianni Rodari, de Peter Sis, de Leo Lionni y de Roal Dahl. Ellas me hablaron de sus esfuerzos por mantener bibliotecas de aula y de compartir lecturas en clase.
Temas como formación de bibliotecarios, maestros de lectura, espacios y tiempos para leeer, dedicación horaria del responsable de la biblioteca y papel de la familia tampoco quedaron atrás.
Me pareció que mis compañeras de Badajoz se marcharon animadas y abiertas a otras posibilidades educativas a partir del papel que la biblioteca escolar puede desempeñar en el centro. También un poco escépticas en lo referente a medidas administrativas para construir las bibliotecas que hoy se necesitan.
Cuando regresé a casa las diez habían pasado. Estaba cansado, pero había tenido la oportunidad de conocer a treinta maestras y maestros de Badajoz que ofrecían su tiempo libre para mejorar profesionalmente. Esta Extremadura funciona.
Me sorprendió gratamente que tantas profesoras de tres centros en una gran ciudad hubieran unido sus esfuerzos en un proyecto de formación en torno a la biblioteca escolar. La coordinadora es Mª Victoria Muñoz. Ella y Marisol, directora del CP Guadiana, habían asistido en abril a las I Jornadas de Bibliotecas Escolares de Extremadura... y se entusiasmaron con las experiencias que allí se presentaron. Contagiaron al resto de sus compañeras.
Estuve tres horas exponiéndo experiencias en mi colegio, analizando dudas, escuchando vacilaciones, animando inquietudes. Pero, más allá de asuntos de organización, catalogación y automatización, les hablé de libros. Había llevado una selección de los que hacen lectores. Libros que apasionan y fidelizan a cualquier lector que abra sus páginas: "La escoba de la viuda", "Los misterios del señor Burdick", "El mejor secreto del abuelo", "El Árbol de la vida", "Uno y siete", "Mamá puso un huevo", "Rosa Blanca", "Frederick". Y hablamos de Chris Van Allburg, de Gianni Rodari, de Peter Sis, de Leo Lionni y de Roal Dahl. Ellas me hablaron de sus esfuerzos por mantener bibliotecas de aula y de compartir lecturas en clase.
Temas como formación de bibliotecarios, maestros de lectura, espacios y tiempos para leeer, dedicación horaria del responsable de la biblioteca y papel de la familia tampoco quedaron atrás.
Me pareció que mis compañeras de Badajoz se marcharon animadas y abiertas a otras posibilidades educativas a partir del papel que la biblioteca escolar puede desempeñar en el centro. También un poco escépticas en lo referente a medidas administrativas para construir las bibliotecas que hoy se necesitan.
Cuando regresé a casa las diez habían pasado. Estaba cansado, pero había tenido la oportunidad de conocer a treinta maestras y maestros de Badajoz que ofrecían su tiempo libre para mejorar profesionalmente. Esta Extremadura funciona.