sábado, diciembre 17, 2005

El dragón "Chiquita"


En las estibaciones de La Villuerca, no muy lejos de donde nace el río Ruecas en la localidad de Cañamero, una gran cueva se abre frente al paisaje de robles, pinos y castaños. La cueva es una herida practicada en la roca que, a modo de abrigo natural, se ofrece al exterior tansmitiendo una primera sensación de misterio. La impresión sobrecogedora se acentuaría si pudiéramos pasar a su interior. El pasar monótono y sonoro de aguas frías y transparentes acompaña el sueño del temible dragón "Chiquita" cuyo espíritu, al decir de las gentes del lugar, dormita solitario sobre una roca cuadrada que, a modo de mesa se alza frente a la cueva. Ningún persona o animal de especie alguna osa acercarse a tan siniestro lugar.
No es vano el temor ni escasa la precaución. Grabada sobre la roca misma luce en la pared frontal de la cueva la negra silueta de la figura de una rara especie alargada que asemeja esa ignota criatura que el imaginario popular ha venido en denominar "dragón". Pero éste tiene nombre, "Chiquita", aunque el suyo en nada indica la verdadera naturaleza. También tiene una historia lejana y nada feliz para aquellos que dan en narrar sucesos venturosos sobre criaturas que poseen sentimientos casi humanos.
Cuentan que en otros tiempos habitaba dicha cueva un joven pastor que cuidaba de sus cabras. Un buen día encontró una pequeña serpiente que buscaba abrigo entre las rocas para resguardarse del frío. El pastor la acogió, la cuidó día tras día y la alimentó con la leche de sus cabras hasta que fue llamado a la guerra. Muchos fueron los años transcurridos en los que el pastor sirvió al rey en remotas tierras. En ese tiempo, "Chiquita" - pues ese fue el nombre que el zagal dió a su nueva compañera - creció y se convirtió en un enorme dragón de grandes alas y fuego en la boca. Regresó por fin el pastor a su tierra y a su oficio pensando reencontrarse con "Chiquita". El infortunado no fue reconocido por su antigua amiga, quien dió cuenta de su cuidador, poniendo fin a sus días para siempre jamas.