Por segundo año en el Colegio Público Miralvalle, en Plasencia, como en miles de escuelas de todo el mundo celebramos el Día Internacional de la Biblioteca. Su objetivo es llamar la atención sobre la importancia de las bibliotecas en la educación de niños y jóvenes. El lema de este año, "Descubre la aventura", pretende resaltar la necesidad de redescubrir lo que las bibliotecas escolares han de ofrecer en las áreas clave de la educación de hoy. Todas las investigaciones sobre desarrollo educativo y rendimiento escolar muestran que el progreso y el éxito en la escuela están ligados a la existencia de bibliotecas con buenos fondos, programas educativos adecuados y bibliotecarios que las dinamicen. Y es que cuando se tiene acceso a la biblioteca y a buenos libros los chicos y chicas son mejores lectores. Sin embargo, esta certeza tan evidente no siempre es percibida – el reciente estudio realizado por la Fundación Germán Sánchez Ruipérez así lo pone de manifiesto – de ahí la pertinencia del Día Internacional de la Biblioteca.
La importancia que la concedemos en nuestro colegio se percibe antes de entrar, figura en el cartel que hay en la valla del centro. Pero más que eso, la biblioteca como nuevo espacio educativo para la enseñanza y el aprendizaje que provee de recursos para el enriquecimiento personal y comunitario, para el ocio, la creatividad, para fomentar el hábito lector, está en nuestro proyecto educativo, también en el Plan de Mejora que hemos puesto en marcha. Queremos hacer de la BE el eje de la vida del centro. Ésta es la mejor aventura, la más arriesgada empresa que jamás hemos emprendido en nuestros 30 años de historia. Hay consenso general en torno a la biblioteca: participa todo el claustro en el proyecto, está implicada la Comunidad Educativa, el Ayuntamiento apoya y colabora en su desarrollo. Y no sólo somos nosotros, hay muchos colegios de la ciudad, que hoy nos acompañan, empeñados en construir buenas bibliotecas. La BE es un proyecto compartido en Plasencia.
También hoy entregamos el carné de lector a un grupo de alumnos de 3 años. Con ellos sus maestras y familias llevan a cabo el programa “Leer en casa”, que busca la complicidad familiar para formar desde hoy los buenos lectores de mañana. Y es que la biblioteca no sólo aporta un valor añadido al centro educativo, eleva al alumno a la dignidad de lector. Tal vez sea éste el sentido profundo de la profesión docente: formar lectores a lo largo de toda la escolaridad, educar a nuestros chicos y chicas para la curiosidad, el apasionamiento, el sentido crítico… Tal vez debiéramos repensar la acción educativa empezando por considerar a los alumnos más que como alumnos como aprendices de lectores y a los profesores más que como instructores como maestros de lectura, al modo de George Steiner, premio Príncipe de Asturias a la Comunicación y las Humanidades en 2001, quien afirmaba “me gustaría que, si perduro en las memorias, el recuerdo que de mí se guarde sea el de un maestro de lectura, alguien que ha pasado su vida leyendo con los demás… Maestros de lectura de obras de ficción pero también de libros informativos presentes en la exposición “El mundo en tus manos” de la Fundación Germán Sánchez Ruipérez que ahora acogemos. La utilización de estos libros conlleva no sólo el uso de nuevos materiales, también de cambios en los métodos y modelos de enseñanza. Las BE lo posibilita.
Mañana, día 25 es el día de Internet. Enseñar a localizar, seleccionar, clasificar y transformar información de la red, aunque sea en pequeñas dosis y con lentitud, debe ser también tarea importante de los buenos maestros de lectura. Los centros educativos extremeños han dado un importante salto a la tercera revolución, la digital del siglo XXI. Las bibliotecas son la única esperanza de llevar a cabo, también, la revolución del siglo XX: la de la lectura. Con las bibliotecas este triple salto a la Red será más consciente y seguro.
Tenemos la voluntad, pero hacen falta personas dedicadas a esta empresa y medios. Por eso en celebración de hoy planteo las dos necesidades más urgentes para contar con auténticas BE: estudiar medidas para que haya bibliotecarios escolares con preparación y dedicación, y ayudas económicas para mejorar los fondos. La presencia del Sr. Consejero de Cultura y la Alcaldesa en nuestro colegio nos anima a seguir en nuestro empeño. Confiamos en que la hora de las bibliotecas escolares ha llegado.
La importancia que la concedemos en nuestro colegio se percibe antes de entrar, figura en el cartel que hay en la valla del centro. Pero más que eso, la biblioteca como nuevo espacio educativo para la enseñanza y el aprendizaje que provee de recursos para el enriquecimiento personal y comunitario, para el ocio, la creatividad, para fomentar el hábito lector, está en nuestro proyecto educativo, también en el Plan de Mejora que hemos puesto en marcha. Queremos hacer de la BE el eje de la vida del centro. Ésta es la mejor aventura, la más arriesgada empresa que jamás hemos emprendido en nuestros 30 años de historia. Hay consenso general en torno a la biblioteca: participa todo el claustro en el proyecto, está implicada la Comunidad Educativa, el Ayuntamiento apoya y colabora en su desarrollo. Y no sólo somos nosotros, hay muchos colegios de la ciudad, que hoy nos acompañan, empeñados en construir buenas bibliotecas. La BE es un proyecto compartido en Plasencia.
También hoy entregamos el carné de lector a un grupo de alumnos de 3 años. Con ellos sus maestras y familias llevan a cabo el programa “Leer en casa”, que busca la complicidad familiar para formar desde hoy los buenos lectores de mañana. Y es que la biblioteca no sólo aporta un valor añadido al centro educativo, eleva al alumno a la dignidad de lector. Tal vez sea éste el sentido profundo de la profesión docente: formar lectores a lo largo de toda la escolaridad, educar a nuestros chicos y chicas para la curiosidad, el apasionamiento, el sentido crítico… Tal vez debiéramos repensar la acción educativa empezando por considerar a los alumnos más que como alumnos como aprendices de lectores y a los profesores más que como instructores como maestros de lectura, al modo de George Steiner, premio Príncipe de Asturias a la Comunicación y las Humanidades en 2001, quien afirmaba “me gustaría que, si perduro en las memorias, el recuerdo que de mí se guarde sea el de un maestro de lectura, alguien que ha pasado su vida leyendo con los demás… Maestros de lectura de obras de ficción pero también de libros informativos presentes en la exposición “El mundo en tus manos” de la Fundación Germán Sánchez Ruipérez que ahora acogemos. La utilización de estos libros conlleva no sólo el uso de nuevos materiales, también de cambios en los métodos y modelos de enseñanza. Las BE lo posibilita.
Mañana, día 25 es el día de Internet. Enseñar a localizar, seleccionar, clasificar y transformar información de la red, aunque sea en pequeñas dosis y con lentitud, debe ser también tarea importante de los buenos maestros de lectura. Los centros educativos extremeños han dado un importante salto a la tercera revolución, la digital del siglo XXI. Las bibliotecas son la única esperanza de llevar a cabo, también, la revolución del siglo XX: la de la lectura. Con las bibliotecas este triple salto a la Red será más consciente y seguro.
Tenemos la voluntad, pero hacen falta personas dedicadas a esta empresa y medios. Por eso en celebración de hoy planteo las dos necesidades más urgentes para contar con auténticas BE: estudiar medidas para que haya bibliotecarios escolares con preparación y dedicación, y ayudas económicas para mejorar los fondos. La presencia del Sr. Consejero de Cultura y la Alcaldesa en nuestro colegio nos anima a seguir en nuestro empeño. Confiamos en que la hora de las bibliotecas escolares ha llegado.