miércoles, abril 12, 2006

Citas de un congreso (y III)

La sesión del viernes se inició con un Sabater que confesaba no saber hacer un elogio de la lectura, pues era incapaz de entender que hubiera gente a la que no le gustase leer, como tampoco entendería que no le gustase el jamón de jabugo (el Consejero de Cultura más tarde reivindicó el jamón extremeño).
Abundó Sabater en la idea que somos libros que van perdiendo sus hojas con el paso del tiempo, que nos vamos desencuadernando, siendo la muerte una nueva encuadernación.
No se imaginaba Sabater a Dios leyendo, ya que leer es perfeccionarse y esta idea es contradictoria con la esencia de una divinidad pletórica. Recordó el ejemplo del mago Atalante, quien en Orlando Furioso, afronta tranquilo con un libro entre las manos el ataque de un guerrero armado, pues la lectura es más poderosa que las armas; es un instrumento de combate y salvación. Rechazando los cánones y listas de libros que habría que leer y no leer, lamentó que haya pocos lectores exploradores que se arriesguen a leer de todo y se conforme con "los templarios que suben y bajan". Es para él la lectura, una forma de relación humana nueva.

El Consejero de Cultura de la Junta de la Junta de Extremadura glosó la importancia de este congreso como un hito importante en la historia cultural de nuestro país, esbozó algunas de las medidas que va a poner en marcha su consejería, entre las que citó la biblioteca menor, una campaña de visibilidad del libro y la lectura con una actividad denominada "Pasaporte a la lectura" y la publicación de las actas del congreso en una Declaración de Cáceres. También reclamó una mayor atención a la lectura en familia, destacando el ejemplo de centros educativos como el del Colegio Público Miralvalle de Plasencia (algo que a mí especialmente me llenó de orgullo y satisfacción).

De la intervención del Alcalde de Albacete me quedo con una idea revolucionaria que pocas veces he oído con tanta contundencia en un político: "El libro y la lectura son una cuestión de estado y así se debe concebir".

Coordinó el panel de intervenciones Antonio Basanta, vicepresidente ejecutivo de la Fundación Germán Sánchez Ruipérez, a quien tuve el honor de conocer y quien, para mí, ha sido una auténtica revelación por su profundidad de miras, por la belleza expositiva de su discurso y porque se notaba su mano en el buen hacer de este congreso.

¿Qué decir de la bella pieza oratoria de D. Victor García de la Concha, quien en su recorrido histórico por la lectura no olvidó mencionar a las mujeres que, como Teresa de Cartagena o Teresa de Ávila , conquistaron el derecho a la lectura y con ella peldaños para conquistar su libertad?. Sólo espero poder disfrutar con tranquilidad, negro sobre blanco, del texto completo.

Gustó el presidente de la Junta de Extremadura en sus palabras de cierre. Quizá no hubo unanimidad en torno a la idea que expuso de que, si tan bueno es leer y tan buenos remedios aporta, quizá los médicos debieran recetar libros, además de medicinas. ¿Por qué los médicos? ¿Por qué no otros profesionales con mayor conocimiento del asunto?. Éstas son algunas de las preguntas que oí en la salida.

Finalmente, la presencia del Príncipe y de Leticia, nos guste o no que cada cual es muy libre de opinar lo suyo, aportaron "glamour" y distinción a este congreso que, como dijo Francisco Muñoz, consejero de cultura, ya queda para la memoria.

El marco donde se ha desarrollado, el Complejo Cultural San Francisco, ha sido todo un acierto. (Luis Sáez, coordinador del congreso y todas las personas que han "cocinado" su organización merecen nuestra felicitación). Cáceres ha sido capital de la cultura durante estos tres días de abril, esperemos que lo sea también en 2016.