jueves, marzo 23, 2006

Palabras de ayer

En el día de ayer nos concedió la primavera esperanzas con retraso. El comunicado de ETA anunciando un "alto el fuego permanente" nos devolvió un optimismo inusual. Tan arraigada se encuentra en nuestras vidas la violencia terrorista en sus más variadas formas que nos habíamos acostumbrado a convivir con ella, si es que es posible no sorprenderse ante cada nuevo envite de tamaña locura nacionalista. Pero el día de ayer, digo, fue de palabras de esperanza que negaban continuidad a la violencia. También hubo otras menos usadas sobre las que llamo la atención, palabras menores frente a la magnitud del hecho que anunciaban los medios, palabras que hablan de palabras, metalingüística que intentaba una aproximación a la verdadera naturaleza de las cosas.
Así en la cadena de televisón Cuatro, mientras el historiador Juan Pablo Fusi hablaba de la hermenéutica para desentrañar el verdadero significado del comunicado etarra, Juan José Millás afirmaba que no hacía falta ser exégeta (es decir versado en hermenéutica) para deducir que la expresión "alto el fuego permanente" quería significar rendición. El ministro de justicia, Juan Fernando López Aguilar, por su parte, reflexionaba sobre la larga condición solipsista de ETA ante un sorprendido Iñaki Gabilondo quien no dejaba pasar la oportunidad de destacar la incursión léxica del ministro.
A mí me pareció casi milagrosa la presencia contigua de estas palabras - alguna de las cuales requirió de ayuda semántica - para entender un poco lo estaba estaba pasando en mi país. O sea que Mariano Rajoy hacía un tímido intento de penetración en la hermenéutica de la mayoría de los españoles en su apoyo al gobierno de la nación (española), mientras que Acebes y Zaplana eran los exégetas de Aznar, quien todavía se encuentra profundamente instalado en su solipsismo.
Bueno, realmente los contertulios de la cadena Cuatro no dijeron eso, pero es lo que entendí.