jueves, diciembre 14, 2006

Chamario

La palabra chamario proviene de chamo, como se denomina cariñosamene a los niños en Venezuela. Así un Chamario vendría a ser una suerte de tratado sobre niños. Y en verdad que este libro lo es. Sí... a condición de que otorguemos a los niños aquello que les es más propio: el juego. Y más en relación con el lenguaje, con los juego de palabras, de acentuación, de las falsas esdrújulas o la perpetación de las sílabas trabadas que, seguro, harán las delicias de todo niño que se precie o de todo aquel que se precie de llevar consigo algo del niño que fue.
Charmario es un sencillo librito de poemas espléndidamente editado por Ekaré, cuyo autor es Eduardo Polo (?). Aquí el juego poético de sílabas, acentos, palabras y ritmo nos acerca un mundo muy próximo a la poesía popular... y a la provocación. Versos cortos, ritmo ràpido, musicalidad y, sobre todo, deleite. He aquí una sencilla muestra de este magnífico poemario que, como efecto secundario, hasta puede que ayude a hacer conscientes ciertas disfunciones expresivas. Lo cual no es poco para ayudar a que algunos niños con dificultades (y todos los niños tienen dificultades cuando están aprendiendo algo tan complejo como la lectura) re-construyan la imagen de fonemas y sílabas que se resisten.

"Paseando en biciqueleta
en el mes de ferebero
un mono peretencioso
tuvo un serio toropiezo
...
Al oir sus guiritos
llegó un doctor pirimero
que después vino un caradiólogo
y el hospital en peleno"

Por lo demás, es de justicia destacar las magníficas ilustraciones de Arnal Ballester y la bellísima introducción de Eugenio Montejo, quien nos hace un pequeño lío inventándose una supuesto autor y una pretendida peripecia de la obra (¿Cide Hamete Benengeli?). Un libro (¿o debiera decir libiro?) de 20 poemas que debiera rotar de aula en aula para goce y provecho de niños y maestros.