domingo, octubre 22, 2006

Perfiles

Sucede lo mismo en cada encuentro. Uno empieza ya a familiarizarse con el paisaje. Los titulados de la facultad de biblioteconomía y documentación reclaman para sí el derecho a habitar la cabina de tripulación de las bibliotecas, de todas las bibliotecas.

En las II Jornadas de BE de Mérida entré al trapo: la esperanza de cambio metodológico en las escuelas e institutos vendrá por las bibliotecas escolares o no vendrá; los materiales y los procedimientos didácticos son claves en la innovación y el cambio educativo. No basta con ayudar a localizar la información y acceder a los documentos, es preciso guiar los procesos de uso, transformación y presentación del producto final re-elaborado. Y quienes pilotan la nave de la didáctica son los profesionales de la educación. Lo que no quiere decir que en determinadas bibliotecas por su tamaño o complejidad no sea necesaria la concurrencia de otros profesionales de la información y la documentación. Pero quedando claro que el profesional de la enseñanza es el Fernando Alonso que pilota el coche, aunque los mecánicos de la información y la documentación ayuden al mantenimiento. Las bibliotecas escolares si son asunto de alguien es, principalmente, de maestros y profesores integrados plenamente en los procesos de enseñanza y aprendizaje en el centro y en el aula.

En este congreso volvió a salir el asunto. Buscó el difícil equilibrio Mónica Baró apostando más por el perfil de la función del bibliotecario escolar que por su origen. Debe tener formación técnica y pedagógica, debe ser capaz de conducir procesos de aprendizaje y facilitar el acceso a fuentes de información, no importa su formación de original, vino a decir la directora del Departamento de Biblioteconomia y Documentación de la Universidad de Barcelona. Sonaba coherente y conciliador, pero había algo yo no acababa de entender del argumento. Hablando en los pasillos sobre el tema vino a mi memoria el razonamiento que Felipe González utilizó en una ocasión - remedando cambios introducidos por los dirigentes comunistas chinos - para justificar determinadas medidas económicas: "Da igual, gato blanco, gato negro, el caso es que caze ratones". Impecable. Pero ¿se trata de cazar ratones o de enseñar a cazar ratones?