martes, octubre 24, 2006

Liberar a Sísifo

En este asunto de las BES, no podemos repetir incesantemente los mismos pasos, cometer los mismos errores, volver sobre idénticas propuestas una vez tras otra. A lo largo del congreso daba pena comprobar cómo seguía siendo válido, punto por punto, el programa salido del Encuentro Nacional del 97. Veteranos de aquellos tiempos heroicos como Laura Andreu y José Antonio Camacho lo recordaban. ¿Para que sirvieron tantas voces, proclamas, manifiestos?. Habrá quien piense que para poco.

Creo que la persistencia de tantos buenos docentes ha permitido mantener viva la llama de enseñar y aprender de otra manera y de introducir en los resquicios del currículo la lectura de obras completas de literatura infantil y juvenil. Y de ellos ha salido el impulso que ha llevado al arículo 113 de la LOE... y a los planes de lectura y biblioteca de las CC.AA.

Pero ya está bien de bromas. No queda ya tiempo para que los cocodrilos enjuaguen sus lágrimas ante bienintencionadas declaraciones seguidas de ... nulas concreciones. No podemos construir sin albañiles, sin cemento y sin arena. Hacen falta bibliotecarios escolares dignamente formados y con dedicación suficiente. ¿Cuanto es suficiente?. No desde luego lo que ahora prescriben las "Instrucciones para el funcionamiento de los centros" (una hora por cada seis grupos). ¿Qué tal y si tomamos como refencia una dedicación similar a la de los equipos directivos?. Y no es tan complicado como parece, quienes estén familiarizados con la confección de horarios saben que es posible dedicar a tiempos de "libre disposición" y alguno más. Pero claro, con el Reglamento Orgánico de Centros hemos topado. Este es el meollo de la cuestión. Aquí residirá la prueba del nueve para saber si digo digo o digo diego.

Tampoco podemos construir Redes sin equipos de apoyo a las bibliotecas de los centros y a sus responsables. Esos equipos humanos son precisos para transferir experiencias, para inducir mejores prácticas, para facilitar recursos, simplificar procesos, resolver dudas ahora y ya. Esta cuestión, las unidades centrales o provinciales, o como se llamen, de apoyo a los redes son indispensables. Como lo es también seguir invirtiendo - sí, inviertiendo, que no gastando - en la mejora de dotaciones e infraestructuras. O los cambios curriculares para que los saberes dejen de ser enciclopédicos y concuerden con los objetivos que grandilocuentemente decimos perseguir ("... que el alumnado sea capaz de desenvolverse de forma autónoma en el medio....") y un compromiso con el fomento de lectura más allá del spot publicitario o del logo.

El dilema es evidente, o tomamos decisiones político-administrativas, económicas y curriculares (sin olvidar que muchos docentes debemos ser capaces de superar la rutina y la comodidad) o seguiriremos tropezando una y otra vez en la misma piedra. Hay que liberar a Sísifo.

De todo esto también se habló. ¿os suena?