viernes, julio 29, 2005

Estamos donde estábamos, o casi.

O uno no sabe leer bien o estábamos donde estábamos, o casi. El ya Proyecto de Ley Orgánica de Educación aprobado por el Consejo de Ministros el 22 de julio de 2005 no incluye ninguna novedad o cambio en relación con las Bibliotecas Escolares desde el anteproyecto inicial. Bueno sí, una obviedad: que "las bibliotecas escolares contribuirán a fomentar la lectura". Esta es la única modificación en la redacción aprobada por el Consejo de Ministros. Pueden comprobarlo.
Tampoco aparece ninguna referencia en la Memoria Económica a la dotación progresiva de recursos por las Administraciones Educativas correspondientes", según indica el artículo 113, que es el que ahora incluye a las BE.
Después de mandar propuestas, escritos, correos electrónicos, entrevistas... de dirigirnos a las Consejerías "correspondientes" advirtiéndolas de las inconcreciones y omisiones, estamos donde estábamos. O casi. Porque, si bien es verdad que por vez primera se reconoce existencia legal a las BE ("Los centros públicos dispondrán de una biblioteca escolar"- parece que los concertados no) nada se dice de la necesidad bibliotecarios, ni del presupuesto, ni del trabajo en red y poco se especifica de sus funciones.
¿Qué lecturas podemos hacer de ello?. Como siempre los dos puntos de vista.
La botella medio vacia: es otra oportunidad perdida para equipararnos al entorno europeo de referencia. Sin verdaderas bibliotecas integradas en los centros el sistema educativo jamás podrá salir del cerco a que lo tienen sometido los libros de texto, la lección magistral, las aulas cerradas ("cajas negras", Benito Estrella dixit), las relaciones unidireccionales profesor-alumno... la enseñanza transmisiva.
La botella medio llena: el estado actual de nuestro sistema educativo no da más de sí. Tenemos las bibliotecas que tenemos porque tenemos los centros que tenemos. La mejora de los centros, de los métodos didácticos y de las bibliotecas van parejos. Lo que ha salido en la LOE es lo que, por ahora, da de sí el sistema. Y corresponderá a las CC.AA. implementar medidas para crear, dotar y transformar las bibliotecas escolares en centros para la enseñanaza y el aprendizaje o lo que queramos.
También podemos ver un cuarto de botella... o tres cuartos. Personalmente, y antes de ser presa del desencanto, me quedo con dos ideas:
1. En este mundo globalizado en que vivimos, con tantas posibilidades de comunicación e intercambio de ideas y experiencias es mucho lo que unos y otros, maestros y profesores de secundaria, padres, editores, mediadores, administración etc. podemos hacer, imaginar y poner en común. Somos actores, no sólo espectadores.
2. Las Comunidades Autónomas, como administraciones educativas competentes tienen ahora la máxima responsabilidad para desarrollar las BE, de formar al personal bibliotecario y de darle tiempo lectivo, de dotar de medios y recursos las bibliotecas, de desarrollar programas de apoyo. Las demandas de la sociedad son decisivas para que las administraciones actúen.
Me quedo con la sentencia de Machado: "...caminante, no hay camino. Se hace camino al andar.."